jueves, 14 de enero de 2016

El "Peligro Nuclear" que se cierne sobre el mundo

EL “PELIGRO NUCLEAR” QUE SE CIERNE SOBRE EL MUNDO

Tal y como afirmó recientemente el ex secretario de Defensa de Estados Unidos, William Perry:

“Los riesgos de una catástrofe nuclear, en una guerra regional, por un ataque terrorista, por un accidente o por un error de cálculo, es mayor de lo que lo fue durante la guerra fría y va en aumento”

Perry, quien se desempeñó en el Pentágono entre 1994 a 1997, hizo sus comentarios unas pocas horas antes de que se produjera la (presunta) prueba nuclear de Corea del Norte y calificó el programa de armas atómicas de Pyongyang como uno de los factores de riesgo globales.

Según Perry:

“Los progresos realizados después de la caída de la Unión Soviética para reducir la posibilidad de un intercambio nuclear entre los EEUU y Rusia, ahora se están desmoronando. La probabilidad de una calamidad nuclear es mayor hoy en día que durante la guerra fría. el peligro ha ido en aumento en los últimos tres años y existe la posibilidad de una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia”

Ex secretario de Defensa de Estados Unidos, William Perry

Los hechos confirman los temores de Perry.

Veinte nuevos misiles nucleares se han entregado a Alemania, añadiéndose a los sistemas de armas orientadas hacia Moscú por parte de Estados Unidos y de sus aliados de la OTAN. En conjunto, estas veinte armas equivalen a ochenta bombas de Hiroshima y podrían provocar la muerte de 12 millones de civiles.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha advertido en repetidas ocasiones a los EEUU contra el estacionamiento de sus armas nucleares en Europa dirigidas a Rusia, para evitar “consecuencias peligrosas”.

En estos momentos, la cantidad de armas nucleares situadas en Europa y que apuntan a Rusia, se eleva a las 200, desplegadas en Bélgica, Italia, los Países Bajos, Alemania y Turquía.

Veinte años después de la guerra fría, ninguna nación ha descartado un primer uso preventivo de su arsenal nuclear contra el enemigo y ambos bandos mantienen activo el sistema de lanzamiento en caso de alerta, manteniendo un total de 1.800 armas nucleares en alerta instantánea que podrían aniquilar a la especie humana.

Está claro que las relaciones entre las cadenas de mando de la OTAN y Rusia se encuentran en un nuevo mínimo, mucho peor que en los años 1970 y 80, lo que hace que todo sea mucho más peligroso.

Pero en realidad, esta constante amenaza de guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia solo es uno de los muchos peligros nucleares a los que se enfrenta la humanidad actualmente.

Según informa la Nuclear Threat Initiative (NTI.org), una organización pública estadounidense sin ánimo de lucra enfocada en la reducción de armas nucleares, biológicas y químicas:

“Cerca de 2.000 toneladas métricas de material nuclear utilizable para armas, permanecen repartidas en cientos de sitios de todo el mundo, algunas de ellas con bajos niveles de seguridad”

Repetimos: 2000 toneladas.

Y la NTI añade:

“Mientras tanto, la comunidad internacional todavía no está organizada de manera efectiva para proteger al mundo del terrorismo catastrófico”

“Esta preocupante falta de un sistema eficaz de normas y prácticas de seguridad alrededor de los materiales más peligrosos del mundo, contrasta con las estrictas normas establecidas en otras empresas globales de alto riesgo, tales como la aviación”

El Director General de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, también hizo esta declaración altamente preocupante en julio de 2013:

“Más de un centenar de incidentes de robos y otras actividades no autorizadas, relacionados con materiales nucleares y radiactivos son reportados a la OIEA cada año”

La preocupación se eleva aún más cuando se considera que Rusia y EEUU se han negado a renovar su acuerdo general Cooperativo de Reducción de Amenazas (CTR), que proporciona una base legal para la negociación de proyectos conjuntos específicos para eliminar o reducir las amenazas relacionados con las Armas de Destrucción Masiva (ADM).

La mayor parte de los activos de la era soviética de ADM de Rusia se han eliminado o han sido almacenados en lugares seguros durante los últimos veinte años, gracias al acuerdo CTR. Además, el gobierno ruso ha aumentado su propia capacidad para controlar y defender estos activos, debido en parte a una recuperación económica notable desde finales de 1990, que sin embargo, ahora está bajo amenaza debido a las duras sanciones económicas impuestas por Occidente. Y tampoco ayuda la situación económica actual relativa al bajo precio del petróleo y que los EEUU hayan reducido la financiación de estos programas en Rusia.

Durante los últimos 20 años, el CTR había logrado “más de 7.600 ojivas desactivadas, más de 900 misiles balísticos intercontinentales y más de 650 misiles balísticos submarinos destruidos, 24 sitios nucleares rusos han experimentado actualizaciones de seguridad, y todas las armas nucleares se han eliminado de Ucrania, Kazajstán y Bielorrusia”

Ahora, todos estos esperanzadores avances, están en peligro.

Ya es un dato preocupante que en promedio, cada 4.6 años, se produzca un “error militar grave” que implique armas nucleares y que podría desencadenar un lanzamiento de armas nucleares no intencionado entre países, con la subsiguiente respuesta enemiga.

Esto se agrava con la creciente amenaza del terrorismo, sobre todo ahora que los militantes de Estado Islámico anunciaron que obtendrán un arma nuclear en los próximos 12 meses, sobre todo ahora que los traficantes de armas ilegales están buscando a los compradores de Estado Islámico para sus productos.

NOTA DEL ROBOT:

Lo que acabais de leer es el extracto de un artículo de la web True Publica y que ha sido republicado en la web Global Research del Profesor Michel Chossudovsky.

Ambas webs, sobre todo Global Research, tienen un marcado tono crítico con la política norteamericana, a la que califican de imperialista y se inclinan claramente en favor de Rusia y sus aliados.

De hecho, solo hace falta leer el último párrafo del texto, que tras exponernos los peligros nucleares a los que se enfrenta el mundo, concluye de la siguiente manera:

“A medida que el gobierno de Estados Unidos instiga implacablemente la confrontación y el conflicto en todo el mundo, buscando la dominación mundial bajo la apariencia de una ‘guerra contra el terror’, aumenta las expectativas de un desastre. En lugar de tratar de alcanzar acuerdos pacíficos y una reconciliación para colaborar por nuestra propia seguridad, todo lo que tenemos es odio, alienación, animosidad y la amenaza constante de la llegada de unos tiempos oscuros, a medida que los EEUU continúa anteponiendo sus ambiciones geopolíticas de alto riesgo sobre la existencia humana”

¿Qué queremos decir con todo esto?

Lo que queremos exponer con este artículo, es que realmente, el mundo está en un peligro grave de experimentar algún tipo de desastre nuclear, posiblemente, relacionado con un atentado terrorista con armas nucleares.

Tanto un bando, el pro-norteamericano, como el bando opuesto, el pro-ruso (que vemos reflejado en este artículo) nos están vendiendo el mismo argumento. Están preparando psicológicamente a sus respectivos seguidores para que asuman como cierto e inevitable el riesgo de un incidente de este tipo.

Los presuntos bandos opuestos de este gran conflicto en ciernes, por un lado EEUU y Europa y por el otro Rusia y China, tienen un discurso común en lo referente a la presunta amenaza descontrolada de Estado Islámico.

Poco importa el medio de propaganda que leamos de cualquiera de ambos bandos. Poco importa si es la CNN, Fox News, RT, Sputnik o la cadena iraní Hispan TV.

Ambos bandos nos dicen que esos jihadistas enloquecidos que se pasean por Siria, Irak y Libia armados con ametralladoras y camionetas son el mal absoluto a combatir por todos.

Ambos bandos nos dicen que existe un alto riesgo de que se apoderen de algún tipo de arma nuclear (por descontrol) y la acaben usando tarde o temprano.

Y si ambos bandos enfrentados nos inculcan el mismo argumento y con el mismo enemigo, la conclusión es clara: va a suceder sí o sí y nadie podrá evitarlo.

El artículo aporta un dato muy clarificador: durante décadas ha habido una gran obsesión por garantizar la seguridad aérea…pero nadie parece haberse preocupado demasiado por la seguridad a la hora de custodiar el material nuclear.

Y esta “falta de seguridad” es el argumento necesario (y la excusa idónea) para poder justificar que se produzca un “atentado terrorista nuclear”.

Uno diría que todos ellos nos están preparando psicológicamente para este “inevitable suceso”.

Y las consecuencias que tendría un atentado de este tipo, aparte del desastre en sí y los miles de víctimas que podría acarrear, sería, inevitablemente, la instauración de un estado policial planetario para controlar la “mortal amenaza del terrorismo nuclear”.

Cualquier medida de control y vigilancia podría ser justificada bajo estas circunstancias, incluso las medidas más excesivas, represivas y draconianas.

Y esto nos lleva a hacernos algunas preguntas, que sin duda, algunos correrán a calificar de “locura conspirativa”:

¿Existe realmente esta amenaza terrorista-nuclear, o ambos bandos se han puesto de acuerdo en convencernos de ello?

Si se han puesto de acuerdo en algo así, entonces debemos preguntarnos: ¿estos dos bandos teóricamente enfrentados, son realmente enemigos o utilizan su presunta enemistad para impulsar una agenda determinada?

Y por fin la pregunta clave: si ambos bandos no son realmente tan enemigos entre sí como hacen parecer y si un atentado nuclear conllevaría una represión total de las libertades de la población en todo el mundo…entonces ¿no será que el auténtico enemigo de ambos bandos, somos nosotros, el pueblo?

Al fin y al cabo, de esto va el tan cacareado Nuevo Orden Mundial.

No tiene nada que ver con el papel de EEUU, de Rusia o de China en el nuevo paradigma geo-político.

El objetivo final es la creación de dos clases de seres humanos: una clase superior dominante (incluso a nivel biológico) y una clase inferior de esclavos, sometidos y prescindibles, formada por el 99,9 % de la población.

Cuando se juntan las piezas, todo apunta en esta dirección…


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